Manimal
CASA PROAL

texto — Enrique Giner de los Ríos

fotografías — Enrique Macías

Manejando por la carretera que lleva de Nautla a Poza Rica, sobre la costa de Veracruz, se pueden observar muchas cosas: restaurantes de mariscos, hoteles, refaccionarias y puestos de cocos. Cerca del río Bobos, si uno se adentra hacia San Rafael, el paisaje va cambiando: hay ranchos ganaderos y grandes cultivos de cítricos y plátano. En medio de estos lugares, junto a un entronque, una de las vistas más notables  consiste en un grupo de balsas a una gran altura atravesadas por palmeras. Muchas balsas.

La postal es fascinante, aunque para un conductor distraído pueda tener ciertas reminiscencias postapocalípticas; las palmeras están pelonas tras una plaga algo reciente, además de que la zona fue azotada hace poco por un fuerte huracán. Afortunadamente, esta escena especial se trata de la pieza Un mundo flotante, realizada por Flora Vachez, una de las dos artistas del primer ciclo de residencias de Casa Proal.

La Fundación Casa Proal comenzó sus actividades en julio de 2015, teniendo como base una casa de mediados del siglo xix que perteneció a la familia del mismo nombre, y se crea con la finalidad de generar una mayor oferta cultural en la zona por medio de diferentes estrategias. Residencias internacionales, un programa de educación artística que involucre a profesionales del arte en colegios de educación primaria de la zona, y la invitación a artistas reconocidos para hacer piezas específicas en la zona.

Aunque no está en el programa, es evidente la preocupación de la Fundación por conservar la arquitectura local. La restauración de la casa es impresionante, así como los nuevos talleres en la antigua casa Bellin: en ambos casos, el respeto por el estilo vernáculo y la utilización de métodos constructivos originales es evidente.

San Rafael fue fundado por colonos franceses, se nota en su peculiar arquitectura y en algunas costumbres. Ésos son los orígenes de la familia Proal, de la familia Bellin, y  también los de Carlos Couturier, promotor del proyecto y presidente de la fundación. Mucha gente de la zona habla francés, la mayoría por herencia y también por una  reciente ley en Francia que les otorga la nacionalidad con la condición de hablar el idioma. Ésta es una de las razones por las que el programa de residencias está dirigido a artistas procedentes de países francófonos.

El programa de residencias está pensado en dos ciclos al año, con dos artistas por ciclo y una duración de cuatro meses. La época de lluvias es tan intensa en la zona que las actividades se interrumpen en esas fechas.

El primer mes está pensado para que los artistas comprendan su entorno; los siguientes dos meses son para la concepción de una obra, y el último, para su ejecución. La idea es que la pieza final se relacione con el entorno y se quedé ahí el mayor tiempo posible (lo que la naturaleza permita). El sitio que el artista elija para su intervención es libre, pero se les incita a que lo hagan en terrenos de personas originalmente ajenas al programa; de este modo, la comunidad se relaciona más con el proyecto, y las piezas quedan repartidas aleatoriamente en la región.

Para esta primera edición de residencias, la artista suiza Liza Trottet y la artista francesa Flora Vachez fueron las invitadas. Trottet eligió un terreno a mitad del camino que recorría diariamente en bicicleta de la Casa a San Rafael para realizar Prisma, una compleja estructura de cedro (árbol abundante en la zona) a la mitad de un rancho ganadero. La pieza, a través de las vanos, dirige la mirada de los visitantes enmarcando paisajes específicos. Vachez, inspirada en la importancia del río Bobos en el día a día de la gente de la zona, y el uso de balsas para cruzar de un lado a otro o transportar mercancía, escogió un entronque de palmeras muertas donde fijó a gran altura unas balsas de escala real, forradas por un lado de lámina y por otro de teja, materiales con los que se techaban las casas en la zona. 

Pronto comenzará el segundo ciclo de residencias y la carretera se seguirá poblando de escenas singulares.