NOTAS CORTAS
LADRILLOS FUTUROS

Elecciones en EEUU e improbables relaciones bilaterales

texto — Rafael Vergara

imagen — NC

Los gringos tienen ventaja. No sólo por lo obvio, sino porque escogen primero a quien los guiará a la recuperación de su grandeza ya entrados en el siglo xxi. Su siglo terminará con el primer presidente de color de Estados Unidos y empezará, tal vez, con el primer presidente de color naranja bronceado. A estas alturas todavía no sabemos a quién escojan los gringos entre Trump y Clinton, pero de que llevan mano, la llevan. Y que, cualquiera que sea a quien elijan, a un dudoso hombre de negocios o a una política de viejas mañas, se cimbrará la forma de hacer política de nuestros vecinos. Ahora, si levantamos la ceja con la calidad de sus candidatos, pues digamos que no cantamos tan mal las rancheras. Entre los que se avizoran de nuestro lado tenemos cuatro escenarios posibles. Primero pensemos en los oficialistas Osorio, Eruviel, Nuño y Videgaray. Pone los pelos de punta a cualquiera imaginarse a Trump negociando los materiales del muro con cualquiera de éstos. Nuestros negociadores mexicanos de seguro van a querer una tajada del costo del muro, así que lo pagaremos, lo haremos y a los oficialistas del pri de seguro también les tocará algo. Es cultural, diría el presidente. El segundo escenario son los de la derecha oficial, el pan, quienes llevan a la cabeza a Margarita Zavala. Esa margarita sería deshojada por Hillary cada vez que un tema de migrantes llegará a la mesa de negociaciones. Bueno, si le alcanza el agua del jardín para que llegue. Los terceros son los de la izquierda combativa. Un altercado entre López y Trump de seguro hará que la frontera se cierre, pero del lado mexicano primero, y les mandaremos a ellos el frijol con gorgojo. Y los cuartos son los independientes, Broncos, Castañedas, Manceras y conexos. Mientras negocien, solos, nosotros estaremos tomándonos un tequila, llorando por los viejos tiempos que no supimos arreglar antes. Cuando se sepa quién gane allá en el norte con nuestros vecinos, será una labor difícil escoger a alguien. Habrá que pensarlo bien, porque seguro y con la calidad de políticos que tenemos, llevamos las de perder. Habrá que ir preparando nuestro ladrillo para llevarlo a la frontera y poner nuestra parte del muro.