Texto e imágenes: Mario García Torres
Se dice que el hueco creado entre el piso y el colchón de la cama de Giorgio de Chirico albergaba las obras tempranas que supuestamente el artista italiano fue encontrando poco a poco, 30 años después de su creación. Hay quienes aseguran que, de ser cierto, De Chirico dormiría a una altura de dos metros, pues la cantidad de obras tempranas que circularon a la postre no era limitada.
La realidad, es que el artista italiano, creador del movimiento de Arte Metafísico, más bien despreciaba el tiempo, y para él, las fechas de las obras no tenían que ver con un registro legal, sino simbólico. Las obras producidas entre 1945 y 1962 por el artista que influenció fuertemente al movimiento surrealista, fueron definidas por él mismo como autofalsificaciones (auto-falsificazione), pues consistían en copias y obras similares a aquellas tempranas, producidas antes de la Primera Guerra Mundial y que son consideradas por la crítica como la producción más importante del artista.
Mis visitas asiduas al departamento que un día habitó en Roma el artista griego de nacimiento, han sido una de las maneras que me han permitido acercarme a entender un poco esta relación no cronológica en su producción, así como sus interesantes implicaciones políticas. En mi última visita, no sólo hice unas fotografías para mi archivo personal, sino que me aseguré de capturar la cama de De Chirico, con la intención de desmitificar aquel rumor. En efecto, si bien la cama resulta sorprendentemente pequeña, tomando en cuenta el gran tamaño del artista, la altura no parece ser una cualidad que la haga diferente a ninguna otra.