Por: Manuel Alcalá
He olvidado la fecha exacta de cuándo entré por primera vez a UBU aunque, definitivamente, fue antes de que existiera YouTube. Recuerdo que encontré una entrevista con Philip K. Dick y, de ahí en adelante, descubrí mundos y artistas que modificaron mi panorama del cine, arte, diseño, teatro y literatura
Muchos años después, en una conferencia organizada por la galería LABOR, titulada Who Owns The Image, Kenneth Goldsmith se levantó después de varias ponencias, entró a www.ubuweb.com y solo dijo: “Esto es UBU WEB. Si se meten pueden ver lo que tenemos. No lleva un conteo de visitas, no genera nada de dinero. No acepto donativos. Y la mayor parte de lo que está ahí me lo robé o me lo mandaron. Mi lema es: Si tuviéramos que pedir permiso no existiríamos.” Dio las gracias y volvió a sentarse.
Cuando terminaron las pláticas me acerqué a conversar con él y me contó que estaba en problemas, a punto de perder por asuntos legales el servidor en Canadá donde se alojaba UBU. Logré convencer a los directivos de CENTRO, la escuela donde entonces trabajaba, de albergar el sitio.
En esta entrevista me enteré de que después de 4 años, CENTRO dejó de apoyar el proyecto. Al parecer, a los emprendedores del diseño no les pareció importante acoger el archivo avant-garde más completo del mundo.
“No te preocupes, encontré a unos hackers que me ayudaron, ahora está en servidores de Islandia”.
UBU continúa recibiendo material y se perpetúa como el sitio fundamental de consulta del avant-garde. Resiste el acontecer actual y se sostiene como uno de los únicos reductos en donde aún tienen cabida lo experimental, lo radical y lo poco ortodoxo.
¿Qué edad tiene UBU ahora? ¿Cuántos años ha estado en línea?
22, carajo... 22 años, carajo.
Es básicamente, la historia íntegra de internet.
Básicamente.
Me encanta que ahora el sitio parezca un tanto sintetizado, con un diseño más simple incluso.
No podía mantener el ritmo y no quería sentirme obligado a que fuera un blog. Quiero decir, a veces pasaban meses sin que hiciera nada para cambiarlo y, en otras ocasiones, trabajo un fin de semana completo subiendo 40 películas. No quería sujetarme a estándares temporales, como cualquier feed de Facebook, donde siempre debes estar presente, o los feeds de Twitter donde la gente espera nuevos contenidos TODO el tiempo. Creí que UBU debía apartarse de todo esto y ser un poco más caprichoso. Así que, hace poco, simplifiqué la página de inicio. UBU es un archivo que continúa creciendo de manera silenciosa y también sustanciosa.
¿Quiénes son las personas que suben el material? ¿Qué tipo de material recibes? ¿Ha cambiado junto con las distintas tendencias?
Es una mezcla de diversas cosas. Algo que he notado a lo largo de los años es que, antes, a la gente le inquietaba mucho que UBU WEB fuera ilegal; ahora, por el contrario, tengo a muy importantes galerías contactándome para rogar que sus artistas puedan subir sus videos a UBU. Es gracioso, el sitio se ha vuelto institucional; se ha legitimado y, en cierto nivel, la gente se da cuenta de que se trata de cierta visibilidad educativa de la que muchas artistas e intelectuales se burlan. Para algunas personas, si no se les enseña algo, no existe. Asimismo y para ciertos artistas, si su obra no se está viendo, ellos tampoco existen. Creo que UBU funciona en un nivel educativo. Si hoy en día alguien quiere enseñar las vanguardias, en su mayoría lo hacen desde UBU porque todo está en un mismo lugar.
No presto mucha atención a lo que pasa en el mercado, aunque es importante que la obra esté disponible para que pueda estudiarse.
Me parece que UBU sigue siendo un secreto bien guardado. No se le ve en los redes sociales ni se comparte en los chat. Como si la gente estuviera contenta con guardarlo, quizá no como un secreto pero sí como un tesoro.
Sí, bueno, Facebook no procesa UBU de manera sexy, lo que realmente me gusta. No puede crear una buena imagen. UBU se resiste al cebo del click. He intentado enlazar cosas de UBU en Facebook y sólo aparece un montón de texto francamente espantoso. No existen imágenes en UBU porque cuando lo construí las imágenes eran muy difíciles de bajar, así que cuando hay una imagen como encabezado, ésta no registra en Facebook. No hay nada sexy y nada que se preste al click, resistiendo a todas esas tonterías con las que Facebook invita a ello. No lo programé de esta manera pero me gusta.
UBU tampoco está en Google. Lo retiré de ahí. Ahora es marcadamente subterráneo y el material, creo, poco convencional. Se trata de cosas muy raras.
Y entonces, ¿no estás siguiendo las estadísticas de tráfico?
No sé cuánta gente esté ingresando ni me preocupa: ¿por qué me importaría? Sigue marchando a todo vapor, a su propia y divertida manera. Tengo la impresión de que UBU ha generado una enorme cantidad de tesis doctorales o de licenciatura, además de interacciones en el aula, derivando todo en la educación. Lo que estás haciendo, lo que estoy haciendo… todo es educación.
Resulta difícil no hablar sobre la actualidad política y social norteamericana y de esa joya tan rara que es UBU para el mundo, casi como última respuesta a todo lo que enfrentamos.
Francamente, no es ninguna respuesta. Lo que sucede políticamente no tiene impacto alguno sobre UBU. Y cuando las cosas estaban mejor con Obama, tampoco tenía impacto en UBU. Nadie en Estados Unidos se preocupa por esto. Eso es fantástico porque le ha permitido crecer sin consecuencias legales. Si estuviera haciendo esto en Alemania o en algún otros lugar de la Comunidad Europea, los editores meterían mano y ahora estaría yo en la cárcel. A Trump le vale el arte vanguardista. Del mismo modo, a Obama le importa un carajo el arte vanguardista. Realmente a nadie le importa. Todo esto se encuentra tan al margen que no existen consecuencias económicas, así que a nadie le importa. En Estados Unidos todo es economía. Si alguien estuviera ganando dinero entonces lo perseguirían; pero UBU no gana dinero, de modo que para ellos ni siquiera existe. No tiene ninguna relación con Trump y tampoco existe relación alguna con Obama. A ninguno de los dos les importa.
No está a la derecha o la izquierda...
¡No, está a la izquierda! ¡A la extrema izquierda! Es anarquista. Aunque eso no importa porque, al parecer, no representa ninguna amenaza. Ningún filme abstracto ha derrocado un gobierno. En realidad, ningún poema ha derrocado un gobierno. Se encuentra tan a la izquierda que está fuera del campo de visión de Estados Unidos. Es una política tan radical que los confunde: “¿De verdad estás regalando estas cosas? Tienes un nombre genial, con tres letras que, en realidad, son simétricas y se traducen como TÚ ERES TÚ. ¡Y lo estás usando para la poesía! ¿Es broma?” No sabes cuánta gente se me ha acercado en estos años para decirme, “¿todavía no has vendido UBU?”
¿¡No te has enterado de la economía creativa!?
Exactamente... ¿Por qué carajo no lo he vendido a Google? Existen ciertas cosas que, precisamente, están mucho más allá de la exigencia de actualidad o de los gobiernos. Esto ha abarcado tantas presidencias remontándose hasta la administración Clinton. Y ésa es su verdadera resistencia. Sí, tenemos problemas enormes aunque podemos darles la vuelta gracias a nuestra marginalidad, manteniéndonos fuera y rehusándonos a jugar estos tontos juegos económicos.
UBU no toca el dinero y no se entiende con él; es algo que no trata con el dinero, así que carece de sentido para cualquiera en Estados Unidos. Así afirmamos que para nosotros el dinero no existe, los derechos de autor tampoco existen; todo está abierto a todos y el arte es gratuito también para todos. Y realmente no lo comprenden… Esa es la única forma de resistencia que UBU puede ofrecer.
¿Supiste sobre el archivo Barragán y el anillo? Parece que ese archivo debería de estar en UBU y no desempeñándose como capital. El archivo como una forma de efectivo...
Uno debe saber cuáles son los límites del capital. Si participa demasiado, te va a hundir como víctima de un torpedo. A lo largo de los años he logrado entender con precisión en dónde se encuentra ese nivel en el cual puedes tener cosas de muy alto perfil en línea –como Samuel Beckett– y los herederos no se meten contigo. Barragán, dado que es una figura nacional y alguien cree que hay dinero en su archivo, es completamente otro juego. Y no me interesa. Si está ligado al dinero, para mí se arruinó. Quien piense que el archivo Barragán vale dinero es un idiota. Antes que cualquier otra cosa, su valor es educativo.
Los herederos a menudo pierden de vista el valor de los archivos de un artista. No lo entienden. Creen que si hay algo del genio allí deberían de volverse ricos con ello. Muy pocas personas se enriquecen con el arte. Cualquier genio es histórica o intelectualmente invaluable, aunque sin valor económico. •