Texto: Attilia Fattori Franchini
La práctica de visualizar pensamientos mediante imágenes tiene sus raíces en las pinturas rupestres y jeroglíficos egipcios y, asimismo, es anterior al desarrollo de la escritura y del lenguaje. Cuando una colección de imágenes, textos u objetos cartografía temas específicos y responde
a una organización orientada hacia un mayor conocimiento, se define como moodboards: literalmente, tableros que brindan un formato visual a varios estados de ánimo afectivos.
¿Pero qué ocurre si intercambiamos el punto de observación. Si en lugar de explorar cómo representar de manera plástica nuestra realidad subjetiva/objetiva, reflexionamos sobre cómo el inconsciente, los estados oníricos
y la psicodelia, han adoptado formas representativas? La selección que sigue pretende crear un moodboard muy personal y casi cronológico, pero de ninguna manera exhaustivo, sobre cómo los estados alterados de la conciencia,
lo onírico y el inconsciente se han representado y empleado como herramientas creativas.
Hilma af Klint (1862–1944)
Hilma af Klint se graduó de la Academia Real de Bellas Artes en Estocolmo en 1887; sin embargo, asumió que existía una dimensión espiritual en la vida y se orientó hacia la visualización de contextos más allá de lo que el ojo puede percibir. Creía que, mientras pintaba, entraba en contacto con una conciencia más allá que hablaba y le transmitía mensajes. Hilma af Klint pintaba apartada de manera casi absoluta de la vanguardia europea.Debido su temor de no ser comprendida, estipuló que su obra abstracta se mantuviera lejos de la vista del público durante los siguientes 20 años después de su muerte.
Wassily Kandinsky, De lo espiritual en el arte, 1911
El pintor ruso y teórico del arte Wassily Kandinsky (1866–1944) publicó De lo espiritual en el arte en 1911. El libro, concebido como una exploración de los motivos más profundos y auténticos para la creación artística indaga en la necesidad que incita a los artistas a crear como un impulso espiritual, y al público a admirar el arte como un hambre espiritual.
Carl G. Jung, El libro rojo, 1915-1930
Durante la primera guerra mundial, Carl G. Jung (1875-1961) se embarcó en una dilatada autoexploración que describió como su “confrontación con el inconsciente”. El meollo de esta exploración fue El libro rojo o Liber Novus [Libro Nuevo], un gran volumen iluminado creado entre 1914 y 1930 dentro del cual desarrolló el eje de sus teorías posteriores. Este libro, inédito hasta 2009, es una notable combinación de caligrafía, dibujos personales y arte.
Movimiento surrealista, 1920-1966
No será el miedo a la locura lo que nos obligue a bajar la bandera de la imaginación.
André Breton, Manifiesto surrealista
Inspirados por las teorías y metodologías de Freud para traer el inconsciente a la superficie, los surrealistas estimulan su escritura y su arte con la creencia de que el inconsciente podría volverse una fuerza creativa más poderosa que cualquier producto de la mente consciente. El automatismo interpreta un papel en las técnicas surrealistas, como la escritura, la pintura y el dibujo espontáneos o automáticos; la libre asociación de imágenes y palabras junto con la creación colaborativa mediante de juegos como el Cadáver exquisito. Los surrealistas también se interesaban profundamente en la interpretación de los sueños como vasos que comunicaban sentimientos y deseos no expresados.
Maya Deren, Mayas de la tarde, 1943
Mayas de la tarde (1943) fue el primer experimento fílmico de la artista y directora feminista Maya Deren (1917-1961). Esta narrativa profundamente psicológica filmada en una casa icónica modernista de Los Ángeles se cita como una de las obras más influyentes del género noir y del cinema vanguardista estadounidenses. La figura central de Mayas de la tarde, interpretada por Deren misma, se atrapa en una telaraña de acciones subconscientes y eventos que se funden con la realidad. Los objetos simbólicos y caracteres arquetípicos, como una llave, un cuchillo, una flor o una sombra oscura, son recurrentes a lo largo de la película.
Aldous Huxley, Las puertas de la percepción, 1954
“Hay cosas conocidas y cosas desconocidas y en medio están las puertas de la percepción”.
Este libro es un ensayo filosófico que cuenta los pormenores de las experiencias de Huxley mientras tomaba mescalina. El libro adopta la forma de los recuerdos de Huxley de un viaje de mescalina que tuvo lugar en el transcurso de una tarde de mayo de 1953.
Carlos Castaneda, Las enseñanzas de Don Juan, 1968
“Tienes todo lo necesario para el viaje extravagante que es tu vida”.
Este libro registra las experiencias de un estudiante de antropología que se convierte en el aprendiz de Don Juan, un indio yaqui que es también un diablero. A lo largo de un periodo de cinco años, Don Juan guía la iniciación de su alumno con varias plantas psicoactivas: el peyote, la datura, y una mezcla de hongos psilocibinas, genista canariensis y otras plantas. Cada una de ellas tiene su propio modo de enseñanza, sus propias exigencias y su propio tipo de poder.
Matt Mullican (1951, EUA)
Desde los años 70, Matt Mullican ha estado experimentando con la hipnosis para crear un tipo de arte que examina su inconsciente y, a la vez, funciona como una estrategia para romper con los patrones de la vida cotidiana. Trabajando bajo estas intoxicaciones o psicosis inducidas hipnóticamente, Mullican se convierte en su alter ego, a quien se refiere como aquella persona —un ser sin edad o género que habita su cuerpo físico. La realidad de esa persona se documenta con una serie de performances en los cuales dibuja, cuenta y escribe con tinta sobre grandes hojas de papel rotafolio.
Terence McKenna, El paisaje invisible: La mente, los alucinógenos y el I Ching, 1975
Hemos ido a la luna, hemos trazado las profundidades del océano y el corazón del átomo, pero tenemos miedo de mirar hacia adentro de nosotros mismos, porque sentimos que es donde fluyen juntas todas las contradicciones.
Bruce Nauman, Pasaje de ensueño, 1983
En los años 60, Bruce Nauman (1941, EUA) comenzó a construir una “arquitectura de la experiencia” formalizado en corredores y cuartos que el público puede entrar, ofreciéndoles la impresión del encarcelamiento o del abandono. La obra Pasaje de ensueño (1983) es un corredor estrecho y largo pintado de colores pastel e iluminado con neón. Se originó en un sueño, recreando así las emociones de Nauman y una sensación surreal a través de la arquitectura.
Bruce Nauman, Dream Passage, 1983
In the 1960s, Bruce Nauman (1941, USA) began building “experience architecture” formalized as corridors and rooms that can be entered by visitors, offering the impression of incarceration or abandonment. The work, Dream Passage, (1983), a long, pastel-colored, neon lit, narrow corridor originated directly after a dream, recreating Nauman’s emotions and surreal sensations through architecture.
Mariko Mori, Onda OVNI, 2003
En la obra Onda OVNI, (2003), Mariko Mori (1967, Tokio, Japón) funde gráficas de computadora en tiempo real con la tecnología de ondas neurológicas y el sonido para crear una experiencia interactiva dinámica. Se invita a tres personas a la vez que entren a una cápsula y que se reclinen en sus asientos durante siete minutos. Las imágenes que se proyectan en la pantalla de domo encima de ellos son generadas por un circuito interactivo de retroalimentación biológica que lee las ondas cerebrales de los participantes, produciendo así una proyección de video animado por computadora de su propia creación espiritual compartida.
Danny Mcdonald (1971, Nueva York, EUA)
El artista estadounidense Danny McDonald crea esculturas a partir de personajes caricaturescos —figuras de acción, muñecas basadas en mitos, fábulas o películas, máscaras macabras—. Estos personajes son híbridos equilibrados entre la realidad y un mal viaje; sin embargo, sus obras exploran, mediante metáforas y paradojas, urgentes temas contemporáneos. Los videos de McDonald profundizan aun más esta aproximación surreal explorando temas sociales y políticos de actualidad a través de los ojos de una figura brujesca y recurrente llamada Mindy.
Gaspar Noé, Enter the Void, 2009
“Básicamente, cuando te mueres tu espíritu deja tu cuerpo; en realidad, al principio puedes ver tu vida entera, como si estuviera reflejada en un espejo mágico. Entonces comienzas a flotar como un fantasma, puedes ver lo que sea que ocurre alrededor de ti, puedes escucharlo todo, pero no puede comunicarse contigo. Entonces ves luces, luces de todo tipo de colores distintos, esas luces son las puertas que te jalan hacia otros planos de la existencia, pero a la mayoría de la gente en realidad les gusta tanto este mundo que no quieren que los lleven a otra parte, así que todo eso se convierte en un mal viaje, y la única manera de salirse es reencarnarse”. Alex
Esta película, la única que se incluye en esta lista, es un viaje alucinante y grandioso que se adentra, y se sale, del infierno: iluminado de neón y con una cabal estética del porno pesadillesco. Es una de las mejores representaciones fílmicas del uso de las drogas y los estados alterados de la mente, incrementados por el vidriado exotismo del fluo del Japón supermoderno.
Jon Rafman - Diario onírico, 2017
Durante casi un año Jon Rafman (1981, Canadá) ha estado recopilando sus sueños en un diario para luego transformarlos en narrativas animadas. Creado a través de un software primitivo de animación que se asemeja a la estética de red de principios del siglo XXI, Diario onírico (2017) es un video que dura una hora, acompañado por el sonido hipnótico de Oneohtrix Point Never y James Ferraro.