ALDO SOLANO ROJAS. CLÁSICOS MEXINCANOS: BOCETOS PARA MOBILIARIO

No todo proceso creativo deja una huella rastreable; a veces todo ocurre dentro de la mente del autor. Encontrar ensayos, garabatos y bocetos de un objeto que ha logrado hacerse inconfundible y fácilmente identificable es el inicio para comprender el proceso de creación, las intenciones originales e incluso diseños inconclusos.

En los archivos de arquitectos y diseñadores del siglo xx, es curioso que en el caso del diseño de mobiliario sean casi inexistentes los bocetos; más bien existe un espacio intermedio entre boceto y plano, se trata de rayones con medidas y especificaciones, o planos con perspectivas cercanas a la caricatura.

Así pues, encontramos apuntes rápidos de sillas, anaqueles, mesas y roperos que bien podrían ser un comentario rápido o un rayón en una servilleta que cobran relavancia o sentido cuando conocemos la pieza final, el producto del proceso mental del que el boceto es testimonio.

De entre los archivos de arquitectos y diseñadores mexicanos, pocos son los bocetos que encontramos, pareciera que existió un pudor que terminó ocultando los ensayos y el proceso, especialmente en el caso del diseño de mobiliario o accesorios. No es que el boceto no existiera, sino que pareciera haber sido eliminado del archivo. Encontramos, por ejemplo, bocetos casi abstractos o casi cómics del arquitecto Attolini Lack, con sus lámparas de stoneware, sus cabeceras o sus sillas, a las que sólo les falta el globo de texto con una exclamación.

Otro ejemplo es el del arquitecto de origen británico Po Shun Leong, cuyos bocetos/planos llegaron a ilustrar publicaciones y catálogos, un extraño caso en el que los diseños en México eran acompañados de su proceso de creación. Así pues, tenemos aún los bocetos de sus sillas Hacienda, Tulum y Chamela.

Hay que mencionar el boceto para la silla de El Eco, que está en disputa y hasta pareciera ser demasiado bueno para ser verdad: ¿por qué habría planos de una silla diseñada para un edifico que deliberadamnte no se construyó basado en planos? Esto nos lleva a pensar en la importancia legitimadora que puede llegar a tener un boceto: es un protoplano, un dibujo que por definición está más cerca de la mente del autor que el plano final o que el producto en sí, se trata de un destellodel proceso creativo. Es curioso cómo en el diseño un boceto es casi vergonzoso, algo que ocultar, algo que hay que destruir para que no sobreviva ni en el archivo, mientras que en otras disciplinas es casi tan valioso como la pieza misma.

A la historia del arte desde luego le interesan los bocetos, tal vez más que los planos, ya que se trata de una idea fresca que aún está en desarrollo, existe una cercanía más grande con el autor cuando se ven los titubeos, las dudas y los errores.

Los archivos consultados y resguardados por la galería Clásicos Mexicanos contienen bocetos, planos y hasta moldes y piezas del mobiliario. Estos bocetos sirven para entender el proceso creativo y hasta la manera de construcción de las piezas; junto con los planos definitivos podemos entender no sólo cómo funciona la pieza, sino cómo el autor quiso presentar su producto final. Clásicos Mexicanos poco a poco está conformando el gran archivo del diseño de mobiliario moderno de nuestro país, ya que la historia no sólo se constituye de productos finales o de piezas, sino de todo el sustento detrás para poder entender el funcionamiento de algo, desde el primer rayón hasta el olor del material del mueble en cuestión.